Espiral del desanimo

¿Te sientes desanimado/a? ¿Cuántas veces has estado en este estado?

Te diré que el desánimo es la falta de ganas u ilusión para enfrentarse a un reto. El desánimo en un sentimiento y surge cuando no podemos hacer frente al reto que nos planteamos.

¿Qué es lo que ocurre concretamente? Pues la emoción que se genera es la de la tristeza y se extiende con facilidad y por eso sentimos que hemos perdido algo o estamos perdiendo algo, como es nuestro sentido de autoestima, autovalía, en definitiva nuestra IDENTIDAD, y como consecuencia entramos en una espiral creciente donde no nos sentimos capaces de afrontar ni ese reto que tenemos, e inclusive ninguno más, y las consecuencias;

-No nos enfrentamos a nuestros objetivos.

-No alcanzamos los mejores resultados.

-Abandonamos.

Algunos de los síntomas o indicadores visibles del desánimo

– Dificultad para llevar a cabo los deberes diarios.

– Pérdida de interés o placer en actividades que antes resultaban agradables.

– Alteraciones del sueño (se duerme demasiado o muy poco, existen dificultades para quedarse dormido/a, hay despertares frecuentes o levantarse más temprano de lo

normal).

– Cambios en la manera en que se mueve (ya sea estar muy inquieto -más frecuente en niños- o moverse muy lentamente).

– Sensación de cansancio, agotamiento, todo el tiempo.

– Sentirse inútil, desvalorizado/a o demasiado culpable.

– Tener problemas pensando, concentrándose o tomando decisiones.

– Abatimiento de cara al futuro, desesperanza, estar seguro de que irá mal.

– Problemas familiares.

– Dificultades académicas.

– Exceso de trabajo que impide realizar actividades gratificantes.

– Problemas en las relaciones personales (ámbito laboral o de amigos).

 

Es probable, que cuando nos encontramos decaídos, reduzcamos nuestras actividades y cada vez hagamos menos cosas.

Existe una relación causal directa entre el número de actividades agradables que realizamos y la calidad de nuestro estado de ánimo. A más actividades mejor ánimo, a menos actividades peor ánimo.

Habitualmente, los días más felices son aquellos en que más actividades placenteras se realizan: los fines de semana. Normalmente, los sábados y los domingos se suelen dedicar a los deportes, a estar con los amigos, a leer, a ir al cine, a salir, a tener relaciones sexuales, y a un sinfín de actividades que provocan que el estado de ánimo sea alto. Este fenómeno es aún más visible durante las vacaciones.

Si queremos subir el estado de ánimo, debemos, por tanto, incrementar la entrada de lo positivo en nuestra RUTINA SEMANAL.

 

¿Se puede salir de la espiral del desánimo? la respuesta es SI y ¿Cómo?

Las personas tenemos la capacidad de manejar o cambiar estos factores de manera que no nos dañen o afecten menos. Así podemos hacer cambios positivos para disminuir los sentimientos de tristeza y acortar el tiempo que estamos tristes. Debemos entender “cómo funcionamos las personas por dentro” para mejorar nuestro estado de ánimo.

¿Cómo influyen nuestros pensamientos y nuestras acciones?

Lo primero que debes saber es; La fuerza de los PENSAMIENTOS POSITIVOS puede generar un cambio de la química corporal y favorecer emociones positivas. La autorregulación de las EMOCIONES, aceptarlas, permitirte sentirlas por muy desagradables que sean y preguntarte para que están ahí, que me quieren decir. Y por supuesto la capacidad de elegir nuestras actitudes aun en situaciones críticas.  Esto es parte de la inteligencia emocional.

Llegados a este punto hay que señalar que las emociones son estados afectivos automáticos y complejos que se desatan en nuestro cuerpo. Adaptan el organismo para favorecer nuestra reacción frente a un estímulo. Son respuestas básicas fundamentales a las situaciones, son necesarias para la supervivencia. Las emociones nos hablan mediante sensaciones corporales. Nuestro comportamiento, también habla de nuestras emociones. Por lo que es importante que conectemos con nuestras emociones, ellas son nuestras mayores aliadas.

Ejemplo, una tristeza no gestionada se trasforma en una depresión. Cuando ocurre esto, es un indicador de que hay que acudir a una terapia psicológica, no a un proceso de coaching.

 

Cuando plantearte ir a un COACH, y cómo te puede ayudar el COACHING

-Quieres reconocer tus sentimientos ante un problema, tomar conciencia aceptarlos y controlarlos.

-Trabajar el autocontrol.

-Ayudarte a saber reencuadrar situaciones.

-Trabajar la positividad.

-Trabajar la competencia.

 

Y por supuesto y muy importante el COACHING PERSONAL te ayuda a que comiences a marcarte objetivos sanos, concretos, alcanzables y dependan de ti.

Te preguntarás ¿cómo?

Pensando en metas que sean alcanzables y concretas.

  1. Divide los objetivos a corto/medio/largo plazo
  2. Piensa en si es un buen momento para realizarlas
  3. Evalúa las ventajas y desventajas de las mismas

 

Si te encuentras en alguna situación similar, desde el coaching te ayudo y te acompaño en esta experiencia de crecimiento personal para mirarte y mira la vida con una mirada más amplia. Y que seas tú el que toma el control de tu vida. TRABAJANDO TUS EMOCIONES puesto que son tus MAYORES ALIADAS.